ISBN: 9788483468807



 

Sinopsis:

Érase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia. En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra. Al cabo de un tiempo la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras. Con esas palabras se escribió una historia hermosa y cruel que ahora ya es una novela inolvidable.


Corre el año 1939.
Liesel y Werner Meminger se dirigen a su nuevo hogar de acogida en Molching, un pueblo a las afueras de Munich. Pero su hermano muere en el tren víctima de un violento ataque de tos. El último recuerdo que tiene de él Liesel es un pequeño libro que robó en su entierro.

Una vez en su nuevo hogar, el recuerdo de Werner y su madre la atormenta en forma de pesadillas. Su nuevo padre, Hans Hubermann, la calma y consuela cuando se despierta en medio de la noche. Es en una de estas noches cuando el hombre descubre el libro robado y enseña a Liesel a leer.

En Molching conoce a mucha gente:
Hans Hubermann: un hombre bueno y con principios y valores que se encarga de enseñar a Liesel. Es pintor y le encanta la música.
Rosa Hubermann: su madre adoptiva, hace la colada para algunas familias de Molching; es una mujer con cáracter y mano dura, pero que la quiere un montón.
Rudy Steiner: su vecino, compañero de aventuras, un niño que tiene hambre a todas horas, conocido por el incidente Jesse Owens.
Ilsa Hermann: la mujer del alcalde, que vive atormentada por un recuerdo y posee una magnífica biblioteca.
Y otros muchos: Pfiffikus, frau Hotzapfel, Tommy Müller, Max...

En un tiempo en el que Alemania empezaba a cambiar y a odiar a los judíos; la vida de Liesel transcurre entre la escuela, aprender a leer, robar libros para seguir leyendo, hurtos de comida para no pasar hambre, coladas y planchados, carreras, fútbol, intentos de besos...
Liesel va aprendiendo poco a poco lo que significa la amistad, la familia, desprecio, la igualdad entre las personas, la vida y las palabras.


Este libro me ha encandilado y es ya uno de mis favoritos.
¿Por qué? Porque es una historia muy humana, a veces dura y emotiva, que te hará reflexionar y no dejará indiferente a nadie. Este es un libro que hay que leer con calma y disfrutar de su ritmo suave pero constante; de la escritura impecable del autor, de su magnífica y conmovedora historia y de sus inolvidables personajes.

La prosa de Markus Zusak (desde el punto de vista de esa narradora tan especial)  me pareció sublime, contundente e inteligente, con una capacidad para sumergirte de lleno en la historia y comprender a fondo a los personajes y sentimientos.

Esa noche, cuando encendió la luz del frío y diminuto lavabo, Liesel se fijó en los asombrosos ojos de su nuevo padre. Estaban hechos de bondad... y de plata líquida, esponjosa. Al ver esos ojos Liesel Liesel comprendió que Hans Hubermann valía mucho.

Algunas noches, despues de trabajar en el sótano, Liesel se encogía en la bañera y oía una y otra vez las mismas frases que llegaban desde la cocina:

- Apestas a tabaco y queroseno- rezongaba Rosa.

Sentada, sumergida en agua, se imaginaba el aroma que se dibujaba en las ropas de su padre. Era, sobre todo, el de la amistad, un olor que también descubría en ella. Liesel lo adoraba. Lo aspiraba en su brazo y sonreía mientras el agua se enfriaba.

Los personajes me sorprendieron gratamente: muy bien construidos, con distintas pero igual de absorbentes personalidades y reales de tanta vida que desprenden.

En el interior se pueden encontrar además en negrita pequeñas reflexiones de la narradora, definiciones, imágenes, datos significativos de los personajes y hechos posteriores.

La historia nos cuenta el día a día de Liesel y como va aprendiendo el valor de la mistad, la igualdad y el veradero poder de las palabras, esas que ama, atesora y comparte.

Quizás el único defecto que le he podido encontrar es que se te adelantan los hechos que van a ocurrir más tarde, pero no por eso le voy a restar nada, se lleva un merecidísimo:

5/5